Movimiento y partido


 Armando Bartra 
Morena es movimiento ¿debe ser también partido? Esto tiene que ver con el país, la coyuntura, la organización que tenemos y la que necesitamos para impulsar mejor el cambio.
1. El programa, estrategia y organización necesarios derivan de nuestra apreciación de la circunstancia histórica y coyuntural: México es un país injusto, polarizado (ricos-pobres, ciudad-campo, indios-mestizos, hombres mujeres) y cada vez más sometido a EU; estancado en lo económico, socialmente desmoralizado y ambientalmente degradado; un orden antidemocrático y regido por oligarcas enriquecidos a la sombra del poder y a costa de la nación, empeñados en conservar los privilegios y complicidades que obtienen de su maridaje histórico con el Estado y en mantener el control directo del poder político por que ya orquestaron tres fraudes electorales contra nosotros. En estas condiciones los movimientos sociales que defienden causas particulares no bastan pues lo que hace agua es el sistema en su conjunto. Tampoco bastan los partidos institucionales que buscan atacar los males accediendo al poder por la vía electoral pues la oligarquía no está dispuesta a cederlo y lo defiende reprimiendo o domesticando a los opositores y orquestando fraudes comiciales.
La prisa es mala consejera pero el cambio verdadero que ni los movimientos ni los partidosinstitucionales pueden materializar por si solos, además de necesario es urgente porque vamos en picada y los envalentonados personeros de la oligarquía se disponen a desmantelar lo que queda del nacionalismo y del estado social. Sólo un viraje histórico sacará de la ruina al país, pero la experiencia demuestra a) que los movimientos sociales en el mejor de los casos frenan algunos males que luego regresan en un eterno forcejeo y b) que para cambiar de modelo la vía partidista electoral convencional está taponada por el empecinamiento antidemocrático de la oligarquía. No renunciamos a la vía comicial, pero aprendimos que para ganar elecciones no basta con prepararse para las elecciones. Para impulsar el cambio necesitamos combinar la energía social de los movimientos y la visión incluyente y estratégica de los partidos.
2. Fundado hace menos de 2 años para cambiar impulsar el cambio de régimen, Morena tieneprincipios éticos y críticos que además practica. Tiene un programa estratégico: el “nuevo proyecto de nación” por el que ha combatido denodadamente como lo hizo en la defensa del petróleo y en la pasada elección. Tiene una organización nacional con cerca de cuatro millones de adherentes y presencia en todos los municipios. Y tiene en AMLO un líder incuestionable. Es, además, una organización de lucha, capaz de moverse como un gran ejército comicial. Morena es la más consistente agrupación de la izquierda en la historia de México, un movimiento con principios, programa, estructura y liderazgo en lucha por el cambio verdadero con métodos pacíficos y desde la sociedad. Morena es un gran movimiento plural e incluyente pero en la práctica es también un partido, más partido que muchos de los que dicen serlo. No lo que la legislación mexicana exige, si lo que la historia demanda. Cuándo y cómo busque su registro, porque así convenga a su profesionalización o planes electorales, importa y urge (hay plazos fatales) pero resulta secundario. Lo que cuenta es que seguimos en pié y no nos vamos a rendir ni claudicar. Lo principal es que Morena siga siendo un movimiento amplio, plural, incluyente y combativo que lucha por el cambio de régimen vía electoral pero también resistiendo reformas neoliberales y políticas antipopulares, apoyando demandas populares e impulsando el cambio verdadero.
Como se vio en la defensa del petróleo, en esto no estamos solos, marchamos con muchos otros contingentes en convergencias indispensables en términos de correlación de fuerzas. Podríamos, entonces, impulsar la conformación de un Movimiento de Movimientos cuyas reivindicaciones están ya en nuestras respectivas las plataformas. Pero Morena no se debe fragmentar en múltiples morenas perdiendo su condición de gran movimiento nacional en lucha estratégica por un nuevo país, al dispersarse en combates sectoriales. No por ser movimiento Morena debe renunciar a lo que tiene departido.
Es unilateral ver a los partidos como instituciones electorales, grupos vanguardistas o aparatos políticos profesionales. Un partido progresista es una fuerza social organizada para el cambio, con presencia en la mayor parte del país, principios claros, un programa estratégico nacional y capaz de movilizarse en defensa de dicho programa. Puede, o no, tener registro y participar, o no, en elecciones; puede encabezar luchas o compartir el liderazgo; pude tener más o menos militantes profesionales. Pero todo eso es adicional a lo que define un partido y depende de las circunstancias.
Son pocos los movimientos que por su amplitud, universalidad y visión de futuro tienen como Morena el carácter de partido, pero un partido que no es movimiento o no forma parte de uno, no es partido verdadero ni puede empujar el cambio. Lo que es más cierto en México, donde la oligarquía y el PRIAN dinamitaron la democracia comicial y el “juego de partidos” es una burla.
3. La imposición deja lecciones y retos. Enseña que frente una oligarquía aferrada al poder que controla el gran capital, los recursos públicos, casi todos los gobiernos e instituciones, la mayor parte de los medios de comunicación y los gremios corporativos la izquierda no ganara elecciones sólo preparándose para ellas. Para impulsar el cambio desde abajo, pero también ganando elecciones -pues sin la Presidencia de la República y peso en el legislativo no podrá completarse la regeneración de México- será necesario ir cercando socialmente al poder y sus personeros, habrá que aislarlos yencerrarlos en un mar de organizaciones populares. Para esto es necesario pasar de ejército comicialcentrado en nuestro candidato a movimiento en resistencia con intensa y cotidiana vida democrática, liderazgo electo y organización territorial y sectorial. Y sobre todo conservar el espíritu movimientista y la visión de partido. Morena debiera transformarse en un Movimiento-Partido. Con menos no podremos.
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